Empezaba a resultar ridículo. Discutíamos por cosas que carecían de sentido. Aunque al fin y al cabo, es lo que la gente en nuestro estado suele hacer cuando se siente impotente o sin saber exactamente que hacer o que decir para cambiar el silencioso estado de la situación.
Empiezas a vomitar pensamientos de una manera descontrolada, incomprensible, hasta que te das cuenta de que te pones nerviosa porque ya no estás jugando a ser la más pasota. Ahora sientes algo parecido a llevar puesta una bufanda, pero por dentro de la garganta.
No sabes lo que tienes, pero sea lo que sea, no quieres perderlo. Tal vez sea la falta de claridad, la falta de tiempo o la poca importancia que él pueda darle, pero solo esperas que la próxima vez que te enfades sea con él, por que entonces significará que sigue ahí....
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