viernes, 30 de septiembre de 2011

Ni siquiera me conoces



- Tú no me conoces, pero me llamo Edward Bloom y te quiero. He pasado los últimos tres años trabajando para averiguar quién eres. Me han disparado, acuchillado, aplastado de vez en cuando y me he roto las costillas dos veces. Pero todo ha valido la pena ahora que te tengo aquí delante y por fin puedo hablarte, porque estoy destinado a casarme contigo. Lo supe desde el primer momento cuando te vi en el circo y ahora lo sé aún con mas certeza.
- Lo siento
- No tienes porqué disculparte de nada. Hoy soy la persona más afortunada que existe.
- No, lo siento. Ya estoy comprometida con otro.
- oh
- Pero te equivocas, si te conozco...al menos por tu reputación. Eres Edward Bloom, de houston. El chico con el que me voy a casar también es de Houston.
- Bueno...felicidades. Siento haberte molestado.

El destino tiene una manera muy cruel de dar vueltas inesperadas. Después de tantos esfuerzos para salir de houston resulta que la chica de la que estaba enamorado, se había comprometido con uno de los tipos más cretinos del pueblo. 

>> Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar y hay momentos en los que debe aceptar su destino, que el barco ha zarpado, que sólo un iluso seguiría insistiendo. Lo cierto es que siempre he sido un iluso. 


domingo, 18 de septiembre de 2011

HABRÍA sido capaz de matar por ti.




Y alli estaba yo…de pie, enfrente de LA casa. Esa casa que había sido todo un refugio para ambos y que ahora no me inspiraba nada. Empezé a recordar cuando entraba en ella después de mirar que no pasaba nadie por la calle, de flanquear ambos lados para comprobar que nadie nos veía. Siempre que entraba se respiraba ese aire de ganas, la ansia que te tenía (esas ganas que nunca acababan y que me hacían cada día querer un poco más y más). Hago memoria. Subo por cada peldaño, parándome con recelo en cada uno, como si de viñetas se tratara. Voy pasando uno a uno, a paso lento pero firme. Una vez pasadas las escaleras y abierta la puerta, paso por las distintas habitaciones donde han surgido miles de momentos, en cada estancia un recuerdo. Subimos a la siguiente planta y me fijo en todo y en nada especialmente porque ese va a ser el último día que lo vea…Vuelvo a retomar el camino, bajo las escaleras…me reflejo en el espejo dándome cuenta de lo que he cambiado, madurado y crecido y después de todo me siento orgullosa de mí misma. Me dispongo a no tener pensamientos a partir de ahí, simplemente bajar todos los peldaños, al igual que todas las fases que has tenido que pasar para encontrar un poco el norte. Bajas el último peldaño y sales por la puerta sin mirar atrás. Es lo más importante. Agradecer todo lo que has crecido como persona y darte cuenta de que eso ha hecho que puedas estar allí, sola. Delante de aquella casa sin pensar en nada más que en ti y en que no te arrepientes de nada. De nada excepto del hecho de no haberte dado cuenta antes. Por lo demás todo anda mejor de lo que crees. Eres muy afortunada y como te dijeron una vez aunque no lo creas…muchos matarían por tener una vida así de normal.He decidido darle puerta a otra fase de mi vida.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Te digo que podemos detener el mundo sólo con besarnos más


Y quería arriesgarme, estaba preparada para volver a sentir lo que no quería sentir. Pero poco a poco me fui alejando de tu mundo, tan lejos del mío. Me convencí de que no valía la pena y quizás aún no lo sé..seguramente nunca lo sepa. Ya es tarde para mí; No volveré a caer con alguien, ni volveré a creer palabras porque yo ahora solo entiendo el idioma de los hechos. Odio sentirme culpable de ciertas cosas de las que no tengo culpa, odio el pensar siempre...pero hay gente que solo lanza palabras y no le importa si hieren o no, si ilusionan o engañan o si demuestran lo que verdaderamente importa y, precisamente yo, no era de esas personas.



Hasta que perdamos el control.