No se por qué de pronto me da por echar de menos todos esos pequeños detalles que nos unían.
Esas sonrisas, esas miradas, tu piel estremeciéndose, me gustaba ver tus labios, me gustaba cruzarnos y sentir que lo teníamos todo.
La manera en que me hacías enfadar para luego ver como era incapaz de colgarte o de no hablarte durante mas de dos segundos.
Lo que mas echo de menos es esa forma que tenías de hacerme ver lo que sentías, esa manera de no decir las cosas pero saber que están ahí.
Esa complicidad.
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