viernes, 30 de septiembre de 2011

Ni siquiera me conoces



- Tú no me conoces, pero me llamo Edward Bloom y te quiero. He pasado los últimos tres años trabajando para averiguar quién eres. Me han disparado, acuchillado, aplastado de vez en cuando y me he roto las costillas dos veces. Pero todo ha valido la pena ahora que te tengo aquí delante y por fin puedo hablarte, porque estoy destinado a casarme contigo. Lo supe desde el primer momento cuando te vi en el circo y ahora lo sé aún con mas certeza.
- Lo siento
- No tienes porqué disculparte de nada. Hoy soy la persona más afortunada que existe.
- No, lo siento. Ya estoy comprometida con otro.
- oh
- Pero te equivocas, si te conozco...al menos por tu reputación. Eres Edward Bloom, de houston. El chico con el que me voy a casar también es de Houston.
- Bueno...felicidades. Siento haberte molestado.

El destino tiene una manera muy cruel de dar vueltas inesperadas. Después de tantos esfuerzos para salir de houston resulta que la chica de la que estaba enamorado, se había comprometido con uno de los tipos más cretinos del pueblo. 

>> Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar y hay momentos en los que debe aceptar su destino, que el barco ha zarpado, que sólo un iluso seguiría insistiendo. Lo cierto es que siempre he sido un iluso. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario